El reconocimiento de que la cualificación de los docentes es la clave para asegurar una educación de calidad es universal. La agenda 2030 de las Naciones Unidas establece la formación de profesores como una de las metas principales que se deben alcanzar dentro del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4, de modo que “de aquí a 2030 se debe aumentar considerablemente la oferta de docentes cualificados, incluso mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo” (Naciones Unidas, 2015, p. 20). Asimismo, el último informe de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC) de la UNESCO (2013) establece que “cualquiera sea el ordenamiento institucional y los recursos que emplee un sistema educativo, su calidad no podrá ser mejor que la de sus profesores” (OREALC-UNESCO, 2013, p. 13). Se concluye que gran parte de los esfuerzos deben enfocarse en la formación de profesores para mejorar el nivel del sistema escolar. El mismo informe de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC) de la UNESCO (2013) identifica una serie de temas críticos en la formación inicial docente.
Los países miembros de la UE (España, Italia, Francia y Finlandia), países del programa, aunque parten de unas premisas comunes establecidas dentro del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) en lo relativo a aspectos de estructura y funcionamiento de la formación universitaria, cuentan con diversidad y autonomía de las propias Instituciones de Educación Superior (IES). Aunque la garantía de la calidad de la educación superior viene determinada por las directrices europeas de ENQA European Association for Quality Assurance in Higher Education, que rige el funcionamiento de las universidades europeas, es positivo analizar los protocolos e instrumentos empleados por cada institución en la evaluación de los diferentes indicadores y resultados de la calidad de la formación universitaria del profesorado de educación obligatoria. Asimismo, la experiencia acumulada en mecanismos y procedimientos de garantía de la calidad en dichos países puede ser transferida, adaptada y contextualizada a los países asociados desde un trabajo colaborativo, horizontal y transnacional.
En lo que a los países asociados del consorcio se refiere, el territorio latinoamericano y caribeño cuenta con modelos y estructuras de formación muy diversas, con un número alto de IES privadas frente a las públicas, al contrario de lo que ocurre en la UE. Este hecho está vinculado a una serie de problemas y necesidades.